Estamos a las puertas de la llamada Revolución Digital, que traerá consigo cambios al menos tan profundos como los que llegaron con la Revolución Industrial. Vivimos en un mundo completamente diferente al de hace apenas dos o tres décadas, donde los paradigmas eran otros, las ciudades con mayor PIB y desarrollo económico no sabemos ni pronunciarlas en occidente, y son centros de desarrollo mundial, el país con el programa espacial más ambicioso es la India, el mayor productor de hidrocarburos del mundo no es ningún país árabe, es Estados Unidos. Desde que Guttenberg inventó la imprenta hasta la primera impresora informática pasaron más de quinientos años, y desde ese momento a la primera impresora 3D apenas 30. Vivimos en una sociedad donde la economía de escalas ha cambiado el concepto de consumo y manufactura, donde la comunicación permanente nos permite una economía colaborativa y ha cambiado nuestros hábitos de vida. La conectividad con cualquier lugar del mundo en tiempo real nos permite el intercambio de archivos y conocimiento. Y el conocimiento avanza a una velocidad a la que cada vez nos cuesta más adaptarnos.
La odontología no es ajena a todo este desarrollo, una profesión basada en las ciencias de la salud, donde la medicina predictiva (basada en la genómica, el Big Data y los estilos de vida), va a suponer una transformación profunda con un conocimiento epidemiológico abrumante. Una profesión donde el componente manual y artesanal ha sido un pilar fundamental, algo que está cambiando gracias a nuevas herramientas de diagnóstico basado en la imagen (tanto radiológicas como imagen 3D), herramientas que nos proporcionan datos, protocolos y guías para minimizar errores. Herramientas que nos proporcionan gran cantidad de información que podemos procesar y compartir con cualquier lugar del mundo, con compañeros y técnicos de laboratorio, información que podemos imprimir en nuestra impresoras 3D o que podemos mecanizar con un altísimo nivel de detalle capaz de rivalizar con los procesos manuales más artísticos. Información que podemos tener al alcance en dispositivos de realidad aumentada y que nos ayudan en nuestros procesos clínicos.
Toda esta transformación no es que esté en camino, está aquí, y necesitamos los recursos para poder implementarla en nuestra clínica diaria. Hace unos años, los procesos digitales eran muy caros y de poca calidad en odontología, a día de hoy, son procesos rentables y de gran calidad, lo que da un valor añadido. La comodidad del paciente, la seguridad y predictibilidad de nuestros tratamientos y la capacidad para poder reproducirlos nos dan un plus que hasta hace poco era impensable. La falta de información, la falta de formación adecuada y de calidad, y nuestra dificultad para adaptarnos a los cambios son nuestros lastres a la hora de enfrentarnos a estos retos.
SOCE pretende ser una sociedad transversal, en la que todas las especialidades de la odontología, las médicas más próximas a nuestro campo y los técnicos de laboratorio, diseñadores e ingenieros, encuentren un lugar en el que sentirse apoyados en esta etapa de transición tecnológica que vivimos, un lugar en el que compartir conocimientos y experiencias y un entorno científico en el que desarrollar, validar y compartir, protocolos de trabajo predecibles y reproducibles.
— Ser el lugar común de referencia para todos los profesionales interesados en profundizar su conocimiento en las herramientas digitales de diagnóstico, planificación y ejecución de tratamientos
— Poner en común la profesión y la industria dentro del desarrollo que se está produciendo en el sector, consiguiendo fuerza como colectivo, con el objetivo de orientar los desarrollos industriales según preferencias clínicas y consiguiendo ofertas de las empresas colaboradoras
— Formación contínua de calidad avalada por la sociedad, con ventajas exclusivas para socios
— Creación de una red de networking entre socios, para resolución de dudas, red de trabajo, elaboración de protocolos, etc
— Acuerdos con colegios profesionales y universidades para el desarrollo de la actividad científica y divulgativa